
Manu: «Muchos adiestradores se inician en la profesión por hobby, por pasión… yo me vi en la obligación. Siendo niño y tras mucho insistir, tuve mi primer perro, un bravo Pastor Alemán, quien antes de cumplir su primer año, atacó a un hombre en mi defensa pensado que iba a agredirme. En casa me dieron 2 opciones: Sacrificarlo, o dárselo a la policía. Pero se me ocurrió otra opción: ¡Adiestrarlo!»